Las razones por las que apostamos por este tipo de actividades son muchas y de gran peso. Les ofrecen a los niños una experiencia de aprendizaje táctil y ayuda a una mejor comprensión de diferentes temas.
Se pueden utilizar en todas las áreas escolares, tanto en Matemáticas, Lengua, Educación Artística, Educación Física... Existen multitud de objetos que se pueden usar para hacer mil y una actividad según la edad del niño, destreza a desarrollar, y objetivo que se quiere alcanzar. No es necesario gastar una fortuna ya que podemos usar materiales tan cotidianos como pueden ser pinzas de la ropa, pajitas, cordones de zapatos, algodón, arroz, garbanzos, gomas elásticas, y materiales más específicos como por ejemplo las “regletas Cuisenaire”, puzles, Tangram, etc.
Las ventajas de utilizar actividades manipulativas son muchas como hemos dicho anteriormente, algunas de ellas son:
-Cada niño puede repetir la actividad varias veces, las que le haga falta, volver pasos atrás para repetir proceso, etc. Se lleva a cabo un trabajo individual. Así, se respeta el ritmo natural de cada niño, porque como bien sabemos, cada uno tiene su ritmo de aprendizaje, razonamiento, tiempo de maduración.
-Permite practicar la capacidad lógica al recrear diferentes situaciones. Permite ejercitar la observación directa, relaciones, estrategias, razonamiento...
-Por su forma, al ser un “juego” se convierte en un reto. Llaman la atención de manera que los mantiene activos y dinámicos. Al mismo tiempo que los divierten estarán aprendiendo casi sin darse cuenta.
-Mantiene abierta la comunicación entre el docente y el niño. Así, se hará mucho más fácil la comprensión de conceptos, definiciones, relaciones...
- La manipulación en infantil
De 3 a 4 años creemos que es indispensable el trabajo manipulativo.La manipulación es primordial en educación infantil, ayuda al alumnado a adquirir conocimientos y representaciones mentales. Aprender haciendo les ayudará a dar significado a sus aprendizajes y poderlos llevar a la práctica en distintos contextos.
En el aprendizaje matemático no se trata de transmitir conocimientos, sino de crear situaciones o actividades que permitan a los alumnos observar, experimentar, reflexionar, pensar, razonar, etc., y así conseguir buenos aprendizajes. Las matemáticas no se aprenden rellenando fichas que pretenden enseñar a discriminar conceptos abstractos, como por ejemplo: ‘Pinta el cuadrado de rojo’. Los contenidos matemáticos se interiorizan mediante su uso en situaciones funcionales. Es ecir, es necesario estar en contacto directo con los objetos y conceptos para aprenderlos.
Las metodologías activas son las más adecuadas para el aprendizaje, dando importancia a los alumnos e involucrándolos en su proceso de aprendizaje. Así conseguimos que el papel del alumno sea activo, participativo y protagonista de sus aprendizajes, y le ayudamos a dar significado a sus aprendizajes nuevos.
Debemos involucrar, sobretodo en edades tempranas, en el trabajo todos los sentidos que podamos, el tacto, vista, deben tocar, oler, explorar el entorno. Es una actividad agradable, dinámica y estimulante que genera bienestar en ellos.
Además, el ambiente de clase que se crea es de confianza y tranquilidad. La comunicación entre docente y alumno fluye.
En resumen, con este tipo de metodología y materiales cobra sentido por completo la práctica educativa, ya que tiene importancia el proceso de la actividad y no tanto el resultado. Con esto no queremos decir que no se obtengan resultados. Lejos de ello, los resultados son apreciables a partir de las primeras intervenciones, y mucho más eficaces que cuando no se utiliza este tipo de actividades de manipulación. Los niños aprenden más, más eficazmente, en menos tiempo y más significativamente, es decir, se produce un aprendizaje a más profundidad y que interiorizan en su esquema mental de manera permanente.
¡NUESTRO CONSEJO!
-Dejen a sus niños explorar el medio, ensuciarse, manipular, tocar, oler...
-Quiten de en medio los aparatos electrónicos y usen materiales cotidianos.
-Dejen volar su imaginación y creen ambientes a sus hijos o alumnos, por ejemplo, un tarro de plástico con boquilla estrecha como puede ser una botella y unos garbanzos pueden convertirse en un juego para ellos con los que se pueden entretener durante horas intentado colarlos por ella.
-Ponga música de fondo. Creará un ambiente relajado y propicio para aprender.
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